5 cosas que no sabías sobre los lípidos

¿Sabías que las grasas son esenciales para tu vida y por eso tienes que incluirlas en tu alimentación balanceada? A continuación, resolveremos los mitos más comunes sobre los lípidos y su función en el organismo. ¡No te lo pierdas!

1. Las grasas son importantes para la salud

¡Esto es un rotundo sí! El cuerpo humano necesita de las grasas para desarrollarse, crecer y realizar algunas funciones vitales. Este nutriente es esencial para la vida y debe ser suministrado a través de la alimentación.

Algunas de las funciones que tienen los lípidos en tu cuerpo son (ICBF y FAO, 2018; MedlinePlus, 2018):

  • Actúan como un colchón mecánico, que contribuye a sostener y proteger tus órganos.
  • Constituyen una buena fuente de energía, ya que su metabolismo aporta 9 calorías por cada gramo de grasa.
  • Forman parte de todas las membranas celulares. Esto significa que son necesarias para el crecimiento y desarrollo de los órganos.
  • Contribuyen en la absorción intestinal de las vitaminas liposolubles como la A, D, E y K.
  • Aportan ácidos grasos esenciales (Omega 3 y Omega 6). Estos son necesarios para el funcionamiento y desarrollo del cerebro, la coagulación de la sangre y la regulación de la inflamación, entre otras cosas.

2. No debes consumir grasas todos los días

Esto es uno de los mitos sobre las grasas. De hecho, una dieta balanceada debe contener una porción de grasas a diario. Se recomienda que los niños mayores de 4 años, los adolescentes y los adultos consuman 65 gramos de grasas diarias (Ministerio de Salud y Protección Social, 2011).

Lo ideal es que 90-100% de los lípidos diarios sean grasas saludables —aceite de oliva, de canola, nueces, aguacate— y solo un 10% o menos de grasas saturadas —carnes, embutidos, productos de repostería, etc.— (OMS, 2018).

No obstante, debes saber que el consumo de grasas también depende de los objetivos que quieras lograr con tu cuerpo.  Por eso, antes de hacer cambios es tu alimentación lo mejor es consultar con el especialista.

3. Los lípidos son la única fuente de ácidos grasos esenciales

En efecto, los lípidos son la fuente de los ácidos grasos esenciales. Estos los puedes encontrar en:

  • Aceites como el aceite de oliva extra virgen Gourmet®, Mallorca® y aceite vegetal Oliosoya®.
  • Nueces
  • Aguacate
  • Carnes de pescados como atún, salmón o sardinas.
  • Productos enriquecidos como las bebidas vegetales Jappi® o margarina La Buena® y Campi®.

Los ácidos grasos esenciales que el cuerpo no puede sintetizar y necesitas obtener de los alimentos son:

  • Omega 6. Lo encuentras en una amplia variedad de aceites vegetales como el de soya y semillas de cártamo. También en productos enriquecidos como las fórmulas de lactantes, mayonesa, leche, margarinas, etc. (MedlinePlus, 2020).
  • Omega 3. Se encuentra en los pescados como el atún, la sardina y el salmón. Asimismo, en productos vegetales como nueces, maní, aceite de canola y girasol, semillas de girasol y chía, y suplementos como el aceite de pescado y productos enriquecidos (NIH, 2020).

4. Las grasas y los lípidos de origen animal y vegetal son iguales

¡No! Las grasas de origen animal y vegetal tienen diferentes características. Entre las principales diferencias podemos señalar las siguientes:

  • Las grasas animales tienen una alta concentración de ácidos grasos saturados que pueden elevar los niveles de colesterol sanguíneo. Mientras que las grasas vegetales contienen mayor cantidad de ácidos grasos insaturados (como Omega 3 y 6) que ayudan a disminuir el colesterol LDL, conocido como colesterol “malo” (FAO, s.f.).

5. El aceite de cocina se puede reutilizar

Uno de los tips de nutrición más importantes es no reutilizar el aceite de cocina. Resulta que cuando se somete el aceite de cocina al calor y el oxígeno del ambiente, sus propiedades químicas cambian (Rincón, 2018).

Los lípidos del aceite usado se transforman en grasas trans que son dañinas para el cuerpo humano.

 

En definitiva, los lípidos son esenciales para tu organismo, en especial los ácidos grasos esenciales. Ellos te aportan energía y contribuyen a la formación, desarrollo y funcionamiento de muchos órganos y pueden mantener sano tu corazón.

¡Así que, no dudes en incluirlos a tu alimentación diaria para que tengas una buena calidad de vida!